SALVADOR SOBRAL
EN CONCIERTO «BPM»
Voz: SALVADOR SOBRAL
Músicos: Piano: MAX AGNAS; Contrabajo: ANDRÉ ROSINHA; Batería: BRUNO PEDROSO; Guitarra: ANDRÉ SANTOS
100′
SALVADOR SOBRAL llega al teatro Serantes para presentar «bpm» (WARNER MUSIC), su último trabajo discográfico. Las siglas hacen referencia a los «batimentos por minuto» o latidos del corazón sanado de Salvador Sobral (sometido a un trasplante en diciembre de 2017). Primer trabajo compuesto íntegramente por Salvador, junto a su inseparable amigo y productor Leo Aldrey. Grabado en el sur de Francia, con temas en portugués, español, e inglés, «bpm» pretende ser una explosión de emociones, desde las más histéricas y ruidosas, hasta las más calmadas e introvertidas, en un viaje con el denominador común de las ganas de vivir y sentir.
La banda que acompaña a Salvador Sobral tiene una presencia fundamental en el desarrollo del concierto, y forma parte como un miembro más de la búsqueda de la libertad e improvisación que ocurren en cada actuación con el objetivo de intentar recorrer la mayor parte de los sentimientos humanos en una especie de montaña rusa que sube y baja llevando al espectador con todos ellos.
SALVADOR SOBRAL
EN CONCIERTO «BPM»
Voz: SALVADOR SOBRAL
Músicos: Piano: MAX AGNAS; Contrabajo: ANDRÉ ROSINHA; Batería: BRUNO PEDROSO; Guitarra: ANDRÉ SANTOS
100′
SALVADOR SOBRAL llega al teatro Serantes para presentar «bpm» (WARNER MUSIC), su último trabajo discográfico. Las siglas hacen referencia a los «batimentos por minuto» o latidos del corazón sanado de Salvador Sobral (sometido a un trasplante en diciembre de 2017). Primer trabajo compuesto íntegramente por Salvador, junto a su inseparable amigo y productor Leo Aldrey. Grabado en el sur de Francia, con temas en portugués, español, e inglés, «bpm» pretende ser una explosión de emociones, desde las más histéricas y ruidosas, hasta las más calmadas e introvertidas, en un viaje con el denominador común de las ganas de vivir y sentir.
La banda que acompaña a Salvador Sobral tiene una presencia fundamental en el desarrollo del concierto, y forma parte como un miembro más de la búsqueda de la libertad e improvisación que ocurren en cada actuación con el objetivo de intentar recorrer la mayor parte de los sentimientos humanos en una especie de montaña rusa que sube y baja llevando al espectador con todos ellos.